¿Inteligencia Artificial y destrucción del empleo: realidad o ficción?
Nuria Lloret Romero
Catedrática Universitat Politécnica de Valencia. Senior Adviser de Metric Salad
Presidenta de AECTA y vicepresidenta de AESAE
Capital Humano, Nº 387, Sección Relaciones laborales y prevención / Artículos, Junio 2023, CISS
Uno de los temas de rabiosa actualidad en todos los medios de comunicación es la Inteligencia Artificial y sus múltiples derivadas, tanto en los aspectos tecnológicos como en su repercusión social. En este segundo tema casi todas las noticias que aparecen en medios presentan una visión apocalíptica de cómo la IA eliminará de un plumazo un gran número de empleos. Vamos a tratar de despejar algunas dudas sobre este tema.
Lo primero que debemos conocer es que la IA no es algo que haya aparecido de la noche a la mañana. Se trata de tecnologías que están siendo aplicadas desde hace años en la empresa para múltiples usos. Si bien es cierto que los avances tecnológicos han permitido que la IA esté mucho más presente en muchas de las tecnologías que utilizamos en nuestro día a día, como son los métodos de recomendación de todas las redes sociales que utilizamos, su desarrollo aún requiere de muchos más análisis y estudios de aplicabilidad. Realmente el «enemigo» no es la Inteligencia Artificial como tal. La realidad es que estamos asistiendo a la llamada 4ª revolución industrial y acercándonos a la 5ª sin haber recapacitado sobre lo que han supuesto a lo largo de la historia todas las revoluciones industriales.
Realmente estamos asistiendo a un cambio de paradigma en relación con los procesos productivos y la empresa. Así, los modelos de negocio de éxito de hace 10 años no se parecen en nada a los modelos actuales y cada vez a más velocidad los cambios nos obligan a variar nuestras empresas a un ritmo vertiginoso obligándonos a introducir los cambios no solo tecnológicos, casi sin poder recapacitar sobre lo que van a suponer para nuestras empresas en un corto y medio plazo. Como cualquiera de las revoluciones industriales anteriores, parte del cambio viene de la irrupción de la tecnología, y en todos los casos esta introducción ha generado cambios en los sistemas productivos que han requerido de nuevos profesionales. Es por ello por lo que es muy simplista hablar de que la IA va a eliminar puestos de trabajo. Realmente de lo que estamos hablando es de un cambio de modelos de negocio actuales que van a requerir de profesionales diferentes a los que actualmente disponemos en las empresas.
PERFILES DEMANDADOS
El gran reto realmente es dilucidar qué puestos vamos a necesitar y si podemos encontrarlos fuera de nuestras empresas o si vamos a poder adecuar a nuestro personal a estas nuevas necesidades. Hay dos puntos clave en este tema; efectivamente hay puestos de trabajo con poco valor añadido que van a desaparecer sustituidos por la tecnología, pero van a crearse muchos puestos de trabajo nuevos más interesantes para el trabajador. Y el otro punto es si tenemos a esos profesionales ya en el mercado.
El otro gran reto actual es la formación. Estamos hablando de capacidades nuevas que en muchos casos aún no se están ni formando en los centros educativos de diversos niveles. Y esto ocurre porque ni si quiera sabemos bien cuáles serán muchos de esos perfiles y qué capacitaciones van a necesitar. Formar a tecnólogos en estos momentos es una tarea complicada. La velocidad de cambio de la tecnología hace casi imposible formar en hard skills de habilidades técnicas. Debemos centrarnos más en los softskill que permitan a los futuros empleados ser permeables al cambio. Estamos en la era del llamado long live learning. Esto es, todos los puestos de trabajo requieren de conocimientos que cambian de forma dinámica en periodos de tiempo mucho más cortos que en décadas anteriores. La tecnología es transversal a todos los puestos por lo que esa formación continua en el puesto de trabajo tendrá altas dosis de conocimientos tecnológicos. En esta llamada 5ª revolución industrial se habla de la adecuación de la tecnología al ser humano como centro del cambio. El paradigma está en entender que posiblemente el modelo de trabajo actual no es el que viviremos en un futuro cercano. ¿Será necesario trabajar las mismas horas que en la actualidad para conseguir los rendimientos actuales? Si la tecnología a lo largo de las décadas ha ayudado a aumentar la productividad y a mejorar la calidad de vida y del puesto de trabajo, ¿por qué pensamos que, en el caso de la IA, no será igual?
La velocidad de cambio de la tecnología hace casi imposible formar en hard skills de habilidades técnicas
LEGISLACIÓN
Está claro que es necesario crear un marco legislativo que ayude a controlar sus usos. Europa va a ser el primer espacio mundial en tener una legislación clara sobre el uso de datos personales y la IA. Pero realmente solo con esa legislación no es suficiente. Es mucho más importante la educación en el uso de las tecnologías y la ética empresarial en el desarrollo de productos y servicios. Por mucha legislación que se desarrolle si la sociedad no está preparada y educada para el uso de esta tecnología su aplicación no será la correcta. Cualquier avance tecnológico a lo largo de la historia se ha podido utilizar para el bien o para el mal, dependiendo exclusivamente de la persona que lo haya usado. No podemos controlar todos los usos de la IA ni en la actualidad ni en un futuro. Pero lo que sí podemos fomentar es el conocimiento mediante la educación de la población en su buen uso. La brecha digital actual es muy alta, pero si no trabajamos en formar a la población, esta brecha será mayor. Ya estamos observando cómo algunas personas que no estaban dentro de esa brecha digital en los últimos años, actualmente con todos estos avances están siendo arrastrados hacia esa zona de inaccesibilidad digital.
Una sociedad democrática debe ser construida bajo los pilares de la igualdad de derechos del ciudadano y uno de ellos debe ser el acceso y uso de la información mediante la tecnología. Es responsabilidad de nuestros gobiernos el diseño de políticas de inclusión para que nadie se quede atrás en los procesos de digitalización. Sin estas acciones no será la IA la que destruya puestos de trabajo; será la propia sociedad la que excluya a gran parte de la población de este derecho universal.
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